TRATAMIENTOS Y ESTUDIOS
¿Qué técnicas realizo a pacientes?
La histeroscopia es un procedimiento endoscópico que permite la visualización directa de la cavidad uterina mediante un instrumento llamado histeroscopio. Esta técnica es fundamental tanto para el diagnóstico como para el tratamiento de diversas patologías uterinas que pueden afectar la fertilidad, tales como pólipos endometriales, miomas submucosos, adherencias intrauterinas (sinequias), endometritis crónica y algunas malformaciones uterinas. La capacidad de observar directamente el interior del útero en tiempo real ha revolucionado el manejo de muchas afecciones ginecológicas, proporcionando una herramienta precisa y mínimamente invasiva para el tratamiento de las mismas.
Existen dos tipos principales de histeroscopia: diagnóstica y quirúrgica. La histeroscopia diagnóstica es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza en consulta, generalmente sin necesidad de anestesia. Su principal función es identificar posibles anormalidades en la cavidad uterina que puedan estar afectando la fertilidad o causando síntomas como sangrado uterino anormal. Este tipo de histeroscopia se utiliza comúnmente para evaluar el útero en situaciones de fallo repetido de implantación embrionaria o de abortos de repetición.
Por otro lado, la histeroscopia quirúrgica se lleva a cabo en un entorno quirúrgico bajo anestesia y se utiliza para tratar las anomalías detectadas en la histeroscopia diagnóstica. A través del histeroscopio, el médico puede realizar procedimientos como la resección de pólipos, la eliminación de miomas submucosos, la corrección de malformaciones uterinas o la lisis de adherencias intrauterinas. Estas intervenciones son cruciales para restaurar la normalidad en la cavidad uterina y mejorar las posibilidades de un embarazo exitoso.
El uso de la histeroscopia ha transformado la manera en que se manejan muchas condiciones uterinas, permitiendo un diagnóstico preciso y tratamientos menos invasivos en comparación con técnicas quirúrgicas tradicionales. La recuperación después de una histeroscopia suele ser rápida, y las pacientes pueden reanudar sus actividades normales en un corto periodo e, incluso, intentar un nuevo embarazo en un plazo de 1 a 3 meses. Además, este procedimiento minimiza los riesgos de complicaciones, haciendo que sea una opción preferida para el tratamiento de patologías uterinas en mujeres que buscan mejorar su fertilidad o aliviar síntomas ginecológicos molestos.
La histeroscopia se ha consolidado como un procedimiento esencial para mujeres que enfrentan problemas de fertilidad o requieren una evaluación precisa de su salud uterina. Este enfoque mínimamente invasivo combina seguridad y efectividad para mejorar las posibilidades de embarazo y tratar diversas patologías. Su capacidad para mejorar la precisión diagnóstica y la efectividad de los tratamientos la convierte en un procedimiento de elección para mujeres que enfrentan determinados problemas de fertilidad o que requieren la evaluación de su salud uterina.
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